Morelia, Michoacán, a 27 de agosto de 2025. — La sesión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión terminó en un escándalo que pasó de los señalamientos verbales a los empujones y golpes, protagonizados por el priista Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”, y el morenista Gerardo Fernández Noroña.
Discusión política sube de tono
La sesión estuvo marcada por cruces de acusaciones entre Morena y la oposición, representada por PRI y PAN. Los legisladores opositores reclamaron que el partido en el poder busca generar “cortinas de humo” para desviar la atención de los escándalos de enriquecimiento de algunos de sus cuadros y presuntos vínculos con el crimen organizado.
Los legisladores integrantes de la Comisión Permanente entonaban el Himno Nacional de la última sesión, cuando con el senador y presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, subió a la Mesa Directiva y la emprendió contra el presidente de la Permanente, Gerardo Fernández Noroña.… pic.twitter.com/EfpPdXlylU
— Senado de México (@senadomexicano) August 27, 2025
“Alito” confronta a Fernández Noroña
El ambiente se tensó aún más cuando, al concluir la sesión cerca de las 15:20 horas, Alejandro Moreno encaró a Fernández Noroña, quien en ese momento seguía fungiendo como presidente de la Cámara Alta. El priista le recriminó no haberle permitido el uso de la palabra, lo que derivó en gritos que rápidamente escalaron a manotazos y empujones.
Otros legisladores se unieron al enfrentamiento
La confrontación no quedó entre ambos personajes. En cuestión de segundos, legisladores tanto de Morena como de la oposición se sumaron al altercado, generando un ambiente caótico en el pleno. Las imágenes del enfrentamiento recorrieron rápidamente medios y redes sociales, evidenciando el nivel de crispación política que atraviesa el Congreso.
Tensión política en aumento
El choque físico en la Comisión Permanente es un reflejo del clima de polarización que impera en la política mexicana. Mientras la oposición insiste en señalar presuntas irregularidades de Morena, el oficialismo acusa a sus adversarios de obstaculizar el trabajo legislativo y de recurrir a provocaciones mediáticas.
Este episodio marca un nuevo capítulo en la confrontación entre bloques políticos y deja en entredicho la capacidad del Congreso para mantener la civilidad en el debate parlamentario.