Morelia, Michoacán, a 25 de abril de 2025.- Este jueves por la tarde (tiempo de Roma), en el Altar de las Confesiones de la Basílica de San Pedro, se realizó el rito de cierre del féretro del Papa Francisco, tal como fue anunciado previamente por la Oficina de Celebraciones Litúrgicas.
El acto solemne fue presidido por el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell, en presencia de algunos familiares del Pontífice y miembros de la Curia Romana.
La ceremonia se llevó a cabo a las 20:00 horas locales, marcando uno de los momentos más significativos de las exequias papales.
Lectura del Rogito: resumen de la vida y pontificado de Francisco
Durante el rito, el maestro de las Celebraciones Litúrgicas, monseñor Diego Ravelli, procedió a la lectura del “Rogito”, un documento en latín que resume brevemente la vida y el pontificado de Jorge Mario Bergoglio. Este texto fue introducido en un tubo metálico sellado oficialmente, para ser depositado dentro del ataúd junto con otros símbolos representativos de su ministerio.
El Rogito constituye un testimonio histórico que permanecerá resguardado con los restos del Papa Francisco.
Colocan monedas, medallas y velo blanco en el ataúd
En continuidad con la tradición vaticana, junto al Rogito se colocaron también monedas y medallas acuñadas durante el pontificado de Francisco. Posteriormente, se cubrió solemnemente el rostro del Pontífice con un velo blanco, como signo de respeto y recogimiento.
El féretro fue cerrado cuidadosamente, colocándose sobre él una cruz, el escudo papal y una placa grabada con el nombre del Papa, las fechas de su nacimiento, muerte y su servicio al frente de la Iglesia Católica.
Vigilia de oración y custodia del cuerpo en San Pedro
Una vez finalizado el rito, el Capítulo de San Pedro asumió la responsabilidad de velar el cuerpo del Pontífice durante toda la noche, en un ambiente de oración y silencio. Esta vigilia se mantendrá hasta los preparativos finales para la Solemne Misa de exequias programada para la mañana siguiente.
Con este acto litúrgico, se rinde homenaje al legado espiritual y pastoral de quien condujo la Iglesia durante una década marcada por la búsqueda de la paz, la justicia social y la cercanía con los más vulnerables.