Morelia, Michoacán, a 9 de mayo de 2025. — Una denuncia pública del reportero gráfico Omar Olascoaga exhibió tres casos emblemáticos de impunidad en Morelia, donde presuntos responsables de homicidio y abuso infantil quedaron en libertad gracias al influyentismo y a una estructura judicial profundamente cuestionada.
Raymundo “N”: un menor fallecido, un responsable libre
El primer caso involucra a Raymundo “N”, de 28 años, quien conducía una camioneta BYD en estado de ebriedad y bajo efectos de drogas cuando embistió a una familia que circulaba por el Periférico Paseo de la República, a la altura de El Realito. El impacto provocó que su vehículo se estrellara contra la caja de un tráiler, causando la muerte del pequeño Abraham, de 10 años.
“Un junior que se salió con la suya”, apuntó Olascoaga, señalando que el presunto responsable evadió a las autoridades desde el primer momento, y que su familia —ligada a una empresa constructora— habría ofrecido entre uno y 1.5 millones de pesos como compensación a los afectados.
Raymundo N es hijo de un reputado constructor en Michaocán vinculado con contratos y también con condonación a multas por parte del Ayuntamiento en la administración de Raúl Morón.
Luis “N”: entrenador acusado de abuso infantil sale libre
Otro caso alarmante es el de Luis “N”, un entrenador de fútbol infantil en Morelia, quien fue detenido el 28 de enero y vinculado a proceso por abuso sexual contra un menor de edad. Aceptó su culpabilidad, esperando una reducción de condena.
A pesar de las pruebas —entre ellas, fotografías tomadas al menor sin su consentimiento en un baño— el 6 de mayo fue liberado para continuar su proceso bajo medidas cautelares. “Regresar con los niños que vulneraste… ¿es neta?”, cuestionó el reportero.
Familias del entorno del entrenador incluso defendieron al acusado, negando las acusaciones que sus propios hijos les hicieron. La revictimización y el silencio social resaltan como factores agravantes.
Cristóbal “N”: exceso de velocidad, dos muertos y libertad condicionada
El tercer caso mencionado es el de Cristóbal “N”, de 22 años, presunto influencer que conducía un BMW a exceso de velocidad, bajo el influjo de alcohol y drogas. Embistió una camioneta de carga en la que viajaban tres personas. Humberto y Ubaldo fallecieron, mientras Surisaday, la tercera víctima, permanece grave con una pierna amputada.
Cristóbal derribó un poste de luz y cruzó el muro divisorio antes del impacto, según testigos y peritajes. A pesar de la contundencia de las pruebas, enfrentará su proceso en libertad con medidas como firma quincenal y tratamiento contra las adicciones.
“La hipocresía en Morelia es absoluta”, sentenció Olascoaga. Además, acusó a elementos de la Policía Morelia de haber despojado a las víctimas de dinero en efectivo y teléfonos móviles en la escena del accidente.
La corrupción sistémica detrás de la impunidad
Los tres casos comparten una constante: la protección de personas con poder económico o político, y la permisividad de jueces y autoridades. Las medidas cautelares otorgadas en estos procesos han generado indignación entre sectores de la sociedad civil, que denuncian una justicia selectiva y un sistema judicial que “vende” la impunidad al mejor postor.
El reportero concluyó su publicación con una sentencia que ha resonado en redes sociales: “Morelia hiede a corrupción”.
Reacciones en redes sociales y exigencia ciudadana
Los casos han sido ampliamente difundidos bajo el hashtag #Morelia, generando una oleada de indignación. Diversas organizaciones civiles han exigido una revisión de los procesos y la actuación de los jueces responsables.