Morelia, Michoacán, a 7 de mayo de 2025.— El primer día del Cónclave concluyó con una señal clara desde la Capilla Sixtina: humo negro. Este símbolo, transmitido en tiempo real por medios internacionales, indica que ningún cardenal obtuvo la mayoría requerida para convertirse en el nuevo líder de la Iglesia Católica.
🇻🇦 | AHORA – CÓNCLAVE – DÍA 01: Sale humo negro de la chimenea de la Capilla Sixtina: no hay Papa elegido tras la primera votación del Cónclave. pic.twitter.com/ZMpIeP5JNk
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) May 7, 2025
Humo negro: sin consenso en el primer intento
Como establece la tradición vaticana, el humo negro es resultado de la quema de las papeletas de votación junto con productos químicos especiales. Esta primera señal indica que aún no hay un acuerdo entre los cardenales para elegir al sucesor de Francisco.
Expectativa global por el futuro líder de la Iglesia
La elección de un nuevo Papa es seguida de cerca por millones de fieles y medios en todo el mundo. La atención se ha centrado en Roma, donde los 115 cardenales electores se encuentran reunidos bajo estrictas medidas de privacidad.
Periodistas transmiten en tiempo real desde el Vaticano
Varios comunicadores han compartido actualizaciones desde el lugar. Entre ellos, Carlos Loret de Mola, quien informó mediante redes sociales que la primera votación concluyó sin resultado favorable.
Humo negro.
No hay papa electo en la primera votación.
Estoy en transmisión simultánea en @WRADIOMexico y @latinus_us. pic.twitter.com/lXRXDg6xdd— Carlos Loret de Mola (@CarlosLoret) May 7, 2025
¿Qué sigue en el proceso del Cónclave?
Las votaciones continuarán en los días siguientes, con dos rondas por la mañana y dos por la tarde. Para ser elegido, un cardenal necesita al menos 77 votos (dos tercios del total). La Iglesia espera que el nuevo Papa represente unidad, fe y un liderazgo renovado.
Sin Papa aún, crece la expectativa
Mientras la Capilla Sixtina se mantiene como el epicentro espiritual del mundo, los fieles católicos aguardan la esperada fumata blanca. El proceso avanza y, con él, la esperanza de un Pontífice que responda a los desafíos actuales del mundo.