Morelia, Michoacán, a 19 de marzo de 2025.- Según la Fiscalía de EE.UU., el cantante de narcocorridos Gerardo Ortiz realizó negocios y ofrecía conciertos con un promotor mexicano vinculado a carteles del narcotráfico, lo que lo pone en una situación legal delicada.
La advertencia del FBI que Ortiz ignoró
Desde 2018, Gerardo Ortiz había sido advertido por agentes del FBI sobre los nexos de Jesús “Chucho” Pérez Alvea, un promotor de eventos en México quien había sido designado formalmente como narcotraficante bajo la Ley de Capos Extranjeros de Narcóticos, también conocida como Ley Kingpin.
Pese a la advertencia, el cantante continuó realizando presentaciones para Pérez Alvea, acumulando un total de 19 conciertos adicionales. De acuerdo con la Fiscalía, Ángel Del Villar, director ejecutivo de Del Records, habría influenciado a Ortiz para seguir trabajando con el promotor.

¿Qué es la Ley Kingpin y por qué es clave en este caso?
La Ley Kingpin, aprobada en 1999 en Estados Unidos, permite al gobierno sancionar económicamente a personas y organizaciones extranjeras involucradas en el narcotráfico. El Departamento del Tesoro, a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), designa a individuos y empresas como “kingpins”, lo que conlleva:
Congelación de activos, prohibición de hacer negocios con ciudadanos o empresas estadounidenses y restricciones bancarias y comerciales internacionales.
En el caso de Ortiz, su participación en eventos organizados por una persona sancionada bajo esta ley lo puso en el radar de las autoridades.
Las consecuencias legales que podría enfrentar el cantante
Al declararse culpable de conspiración, Ortiz podría enfrentar diversas sanciones, desde multas económicas hasta penas de prisión. La resolución de su caso dependerá de los acuerdos que logre con la Fiscalía y de las pruebas que se presenten en su contra.
Este caso ha puesto nuevamente en el centro del debate la relación entre algunos exponentes del género de los corridos y el crimen organizado.
Narcocorridos y crimen organizado: el debate que resurge
El caso de Gerardo Ortiz aviva la discusión sobre el impacto de los narcocorridos y su posible conexión con actividades criminales. Aunque muchos artistas defienden el género como una expresión cultural, casos como este refuerzan la preocupación de las autoridades por los lazos entre la música y el narcotráfico.
Por ahora, Ortiz se encuentra a la espera de su sentencia, mientras su carrera enfrenta una de las crisis más grandes hasta el momento.