Morelia, Michoacán, a 5 de agosto de 2025.- La Cúpula de la Bomba Atómica, conocida como Cúpula Genbaku, permanece en pie en el Parque Memorial de la Paz de Hiroshima. Es una de las pocas estructuras que sobrevivieron cerca del epicentro de la explosión nuclear ocurrida el 6 de agosto de 1945, cuando Hiroshima se convirtió en la primera ciudad atacada con una bomba atómica.
El Museo Conmemorativo de la Paz: el horror contado en primera persona
Al sur del parque se ubica el Museo Conmemorativo de la Paz de Hiroshima, abierto en 1955. Por más de siete décadas, el museo ha mostrado el horror de la guerra nuclear mediante fotografías, objetos personales de las víctimas y relatos conmovedores.
El interés mundial por Hiroshima se reactivó tras la cumbre del G7 en 2023 y el Premio Nobel de la Paz otorgado en 2024 a la Confederación Japonesa de Organizaciones de Víctimas de las Bombas Atómica y de Hidrógeno. Entre abril de 2024 y marzo de 2025, el museo registró un récord de 2.26 millones de visitantes, de los cuales cerca de 720 mil eran extranjeros.
Tras su renovación en 2019, el museo enfatiza las historias humanas detrás de la tragedia, presentando pertenencias de las víctimas, como uniformes escolares calcinados o relojes detenidos a las 8:15 a.m., la hora exacta de la explosión. También se incluyen testimonios de quienes sobrevivieron, pero murieron después por enfermedades derivadas de la radiación.
La experiencia inmersiva se complementa con un diorama que muestra Hiroshima antes y después del bombardeo, así como secciones dedicadas a la amenaza nuclear global y el movimiento antinuclear contemporáneo. El museo representa el anhelo de Hiroshima por una paz duradera y el firme mensaje de no repetir la tragedia.
Monumentos y espacios de reflexión en el Parque Memorial
Además de la cúpula y el museo, el Parque Memorial de la Paz alberga el Cenotafio por las Víctimas de la Bomba Atómica, obra de Tange Kenzō, donde reposan los nombres de todas las personas fallecidas. Su inscripción resalta: “Descansad en paz, ya que no permitiremos que esto vuelva a ocurrir”.
La Llama de la Paz, encendida desde 1964, arde de manera permanente como símbolo de esperanza en un mundo sin armas nucleares. Cercano a ella, el Archivo Conmemorativo y el Montículo Conmemorativo honran la memoria de miles de víctimas no identificadas.
El parque, de más de 120 mil metros cuadrados, ocupa el lugar donde antes existía un barrio de ocio con 4,400 habitantes. Hoy, el espacio está dedicado a la memoria y reflexión, con monumentos para niños, estudiantes, coreanos, soldados y otros afectados por la bomba.
Hiroshima: lecciones de un pasado que no debe repetirse
Recorrer el parque y sus monumentos es adentrarse en las historias de quienes vivieron, murieron o sufrieron las consecuencias del 6 de agosto de 1945. Ochenta años después, Hiroshima mantiene vivo el mensaje de advertencia sobre los peligros de la guerra nuclear, recordando a la humanidad la urgencia de construir y preservar la paz.