Morelia, Michoacán, a 9 de marzo de 2025.- En El vaticano existe una investigación en contra de la Arquidiócesos de Michoacán por la supuesta corrupción del exgobernador Silvano Aureoles, prófugo de la justicia y quien enfrenta una serie de investigaciones por malos manejos financieros en el estado, de acuerdo con el comunicador Claudio Ochoa Huerta en El Universal.
Los actos que se denuncian por parte del comunicador, señalan al arzobispo de Morelia, Carlos Garfias, quien supuestamente utilizó una aeronave oficial del Gobierno de Michoacán.
“De la aeronave bajó el impuntual invitado de honor: el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias. Los sacerdotes, unos molestos y otros sorprendidos, no entendían muy bien la escena. Su líder se disculpó por el retraso, convivió por poco rato y finalmente se despidió para volver a subir al transporte VIP que ahí se había quedado esperándolo. “Perdón, pero debo regresar con el gobernador”, les dijo, según me relatan varios de los presentes. A los pocos días, el gremio descubrió la historia: el arzobispo y Silvano Aureoles andaban de convivio”, expuso el comunicador.
Ochoa Huerta sostiene que Carlos Garfias y Silvano Aureoles no sólo entablaron una profunda amistad “de largas tardes y noches de mezcal y whisky, respectivamente”, sino que el entonces mandatario le entregó al religioso recursos estatales, más allá del taxi aéreo.
“La mayor amenaza es que Garfias recibió de Aureoles tres decenas de camionetas blancas doble cabina, idénticas a las de la Policía Estatal. El arzobispo les colocó una estampa de la arquidiócesis, dejó unas a su servicio en Morelia y el resto las repartió por las iglesias de las comunidades más necesitadas. Si bien han sido un alivio para los sacerdotes que enfrentan las complicaciones de un territorio como ese, también han sido un dolor de cabeza porque no logran poner en regla la documentación y nadie quiere ensuciarse las manos en un proceso por demás extraño”, se lee en la columna de Ochoa Huerta publicada en El Universal.

La relación de Silvano Aureoles con el clérigo llegaría a tal grado que le fueron asignadas adecuaciones en el domicilio del propio párroco, a cargo del erario, de acuerdo con los dichos de Ochoa Huerta.
“Otra alerta para la Iglesia en Michoacán es que Juan Bernardo Corona, operador cercano a Aureoles, y que estaría prófugo, presumía constantemente y a los cuatro vientos haberse encargado de la remodelación de la casa del arzobispado, donde reside Garfias y donde también convivieron en distintas ocasiones, mientras escoltas armados custodiaban la entrada, lo mismo que en Casa San Luis, otra residencia de la iglesia en Morelia”, explica en la columna.
El comunicado revela que “Joseph Spiteri, el nuncio apostólico en México, es decir el embajador del Papa Francisco, tomó cartas en el asunto sobre éste y otros temas espinosos. Hizo una investigación y llevó los resultados al Vaticano”.
En tanto, en rueda de prensa, Carlos Garfias solicitó que el comunicador pruebe sus dichos.
“No es de ahora que tengamos la relación, somos amigos y yo creo que lo que a él le acusan ahora que lo demuestren, que no sea algo mediático y mentiroso”, expuso el sacerdote.
“No tengo nada que ocultar, las acusaciones que hacen que las demuestren y lo que tenga que ser recriminado que me lo recriminen, pero con objetividad no de manera mentirosa y engañosa”, reclamó.