Morelia, Michoacán a 11 de abril de 2025.- El deterioro ambiental no sólo se refleja en enfermedades respiratorias: también está afectando la salud visual de millones de personas en zonas urbanas. De acuerdo con cifras recientes, se estima que hasta el 70% de la población mundial padece algún grado de ojo seco, mientras que en México afecta al 36% de los adultos jóvenes entre 18 y 44 años.
Este padecimiento, conocido como síndrome de ojo seco, se presenta cuando los ojos no producen suficientes lágrimas o la calidad de éstas es deficiente, provocando una sensación constante de ardor, resequedad, fatiga ocular e incluso visión borrosa.
Contaminación y ojo seco: una relación directa
Entre el 20% y el 30% de los casos de ojo seco están directamente relacionados con factores ambientales, especialmente en épocas de alta contaminación. Según la Universidad de Medicina Avanzada de México (UMAN), los picos de polución en ciudades como la Ciudad de México coinciden con un repunte de los síntomas entre la población joven y adulta.
René Barona, fundador de la Clínica del Ojo Seco, advierte que la exposición constante a partículas suspendidas, ozono y gases contaminantes altera la película lagrimal.
“Durante las contingencias, los ojos se exponen a sustancias que provocan resequedad, irritación y la clásica sensación de tener ‘arena en los ojos’”, argumentó.
Factores que agravan el ojo seco durante contingencias ambientales
- Contaminación del aire: Las partículas PM10 y PM2.5 impactan directamente en la superficie ocular.
- Ambientes interiores secos: El cierre de ventanas reduce la humedad relativa en interiores.
- Uso prolongado de cubrebocas: El aire exhalado puede subir hacia los ojos y acelerar la evaporación de la lágrima.
- Altas temperaturas y ozono: La combinación agrava la irritación ocular.
- Deshidratación: Se afecta la producción lagrimal.
Soluciones más allá de las lágrimas artificiales
Aunque el uso de lágrimas artificiales es una medida común, estos productos sólo ofrecen un alivio temporal y no resuelven el origen del problema. Barona señala que el tratamiento debe enfocarse en restaurar la función de las glándulas de Meibomio, responsables de producir la capa lipídica de la lágrima.
Una alternativa innovadora es la terapia con luz pulsada intensa regulada (IRPL), un procedimiento que estimula dichas glándulas y mejora la calidad de la película lagrimal. “El abordaje debe ser personalizado”, subrayó Barona. “No se trata sólo de aliviar los síntomas, sino de entender qué los está provocando.”
¿Cómo proteger tus ojos en temporada de mala calidad del aire?
- Evitar actividades al aire libre en las horas de mayor concentración de contaminantes.
- Beber al menos 2 litros de agua diarios para evitar la deshidratación ocular.
- Utilizar lentes de sol o de protección, incluso en días nublados.
- Ventilar con moderación los espacios cerrados, y utilizar humidificadores si es posible.
- Acudir al especialista ante síntomas persistentes como ardor, picazón o sensación de cuerpo extraño en el ojo.
Una llamada de atención para cuidar la salud visual
“Cuidar los ojos también es proteger la salud frente a la contaminación. El ojo seco no es sólo una molestia pasajera, es un aviso del cuerpo para que tomemos medidas”, concluyó René Barona. Con el aumento de los niveles de contaminación en zonas urbanas, la salud visual debe ocupar un lugar prioritario en la agenda de bienestar personal y público.