Ciudad de México.— En una noche vibrante y de fuerte carga crítica, Molotov celebró sus 30 años de carrera ante más de 18 mil seguidores en el Palacio de los Deportes, donde no sólo repasó su repertorio clásico, sino que lanzó un mensaje directo al gobierno de la Cuarta Transformación (4T).
Un inicio contundente
La banda arrancó el concierto con energía, interpretando temas como «Que No Te Haga Bobo Jacobo», «Frijolero» y «Here We Kum», que rápidamente prendieron al público en una atmósfera de catarsis colectiva.Pero el momento más esperado —y el más explosivo— llegó justo antes de que sonara su himno de protesta: Gimme Tha Power.
“Éramos un país bien chingón”
Antes de arrancar esa canción, el vocalista dirigió al público una frase que resonó con fuerza: “Éramos un país bien chingón. Ni estamos alineados a cualquier Cuarta Transformación. ¡Qué chinguen a su madre!”, lo que encendió los ánimos en el recinto.
El grito fue acompañado por miles de fans alzando las manos, coreando junto a la banda y reafirmando que Molotov sigue siendo —a tres décadas de su formación— una voz aguda en el panorama del rock mexicano.
Crítica al poder y reafirmación de identidad
La canción «Gimme Tha Power», lanzada originalmente en 1997, ha sido históricamente un manifiesto contra la corrupción y el abuso político en México. En esta cita con su público, la banda aprovechó ese marco para aludir al presente político y manifestar rechazo abierto a la 4T. Según la reseña del concierto, “la banda no dejó pasar la oportunidad para expresar su rechazo al expresidente Andrés Manuel López Obrador y al movimiento político que hoy representa Morena”.
Una celebración que trasciende la música
Más que un simple concierto de aniversario, la noche se convirtió en un ritual de resistencia y memoria. Tal como señala otro medio: “Molotov festejó tres décadas de ruido, protesta y unión… la voz sigue tan fuerte y necesaria como siempre.”
La energía del público multigeneracional —adolescentes que descubren a Molotov hoy junto a fans que crecieron con ellos— reflejó el poder del rock como puente entre épocas y como detonador de reflexión social.
¿Y ahora qué sigue?
La banda cerró con una serie de temas clásicos que encendieron el recinto, pero la frase antes de «Gimme Tha Power» ya pasó a formar parte de su historia reciente. Un mensaje claro: Molotov no está de paso; está para seguir exigiendo, cuestionando y dejando huella.
Habrá que ver si esta postura encuentra ecos en el debate público o si simplemente se queda como parte del espectáculo. Pero al menos esta noche, el Palacio vibró con palabras que pocos se atreven a gritar.






