Morelia, Michoacán, a 17 de marzo de 2025.- La presidenta Claudia Sheinbaum afirma que en los casos de desaparición forzada de personas ya no está, como antes, la mano del Estado y ahora sólo está la delincuencia organizada.
Este fin de semana manifestantes en Guadalajara han señalado directamente al exgobernador Enrique Alfaro, de que tenía conocimiento del ‘rancho del terror’ de Teuchitlán.
Las revelaciones sobre un campamento utilizado como centro de reclutamiento y exterminio por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Teuchitlán, Jalisco, han desatado una ola de indignación en el estado y en el país. En el Zócalo capitalino, en la CDMX, también se presentaron protestas y se colocaron 400 pares de zapatos en representación a lo ocurrido en Teuchitlán.

El grito de la indignación
Manifestantes en Guadalajara han señalado directamente al exgobernador de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro, asegurando que tenía conocimiento previo de estos hechos.
Las protestas se concentraron en la Plaza de Armas de Guadalajara, donde ciudadanos expresaron su repudio ante el hallazgo de pares de calzado de 400 personas en el sitio conocido como el “rancho del terror”. Entre los gritos que resonaron en la capital jalisciense, uno de los más contundentes fue: “Alfaro sí sabía”.
Los manifestantes acusan al exmandatario estatal emecista de haber ignorado o minimizado las denuncias sobre desapariciones en Jalisco durante su administración, una entidad que se ha convertido en epicentro de la crisis forense en México.
Teuchitlán: un centro de exterminio y reclutamiento criminal
El rancho ubicado en Teuchitlán, a una hora de Guadalajara, fue utilizado por el CJNG como un punto clave en su estructura delictiva. Testimonios indican que muchas de las víctimas llegaron al lugar tras responder a ofertas de trabajo falsas, solo para ser sometidas a un brutal proceso de reclutamiento o, en muchos casos, ejecutadas.
Las autoridades han confirmado que la zona era un punto de inhumación clandestina y que la magnitud de la tragedia aún está en proceso de ser cuantificada.
El escándalo que sacude a la 4T
El caso de Teuchitlán se ha convertido en una crisis para la llamada Cuarta Transformación (4T), que llegó al poder con un discurso fuerte contra la impunidad en casos de desapariciones, como el de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Ahora, con cientos de desaparecidos y restos encontrados en Jalisco, las críticas apuntan al actual gobierno y su respuesta ante la crisis.
La presidenta Claudia Sheinbaum defiende que no se puede comparar este caso con otras masacres polémicas, ya que ahora no está implicado el Estado mexicano en asuntos de desaparición forzada, como lo estuvo en el pasado.
“Es importante aclarar que antes, en el pasado, la desaparición en México era perpetrada por el Estado, ahora está principalmente vinculada con la delincuencia organizada”, afirmó Claudia Sheinbaum en la conferencia mañanera.
“Actuaremos en el marco de la ley y con tada la fuerza del Estado”, puntualizó.
Alfaro y su postura ante la desaparición de personas
Durante su administración, Enrique Alfaro tuvo desencuentros con colectivos de búsqueda y organizaciones de derechos humanos. Su retórica, marcada por una postura defensiva ante las denuncias de desaparición, es ahora motivo de escrutinio público.
“Es un problema que viene de años atrás”, aseveró Alfaro en diversas ocasiones cuando se le cuestionó sobre la crisis de personas desaparecidas en Jalisco.
Para las familias de las víctimas, esas palabras quedaron vacías ante la magnitud de lo descubierto en el Rancho Izaguirre de Teuchitlán.
Epicentro de la crisis forense en México
Con miles de desaparecidos y fosas clandestinas descubiertas cada año, Jalisco se ha convertido en un foco rojo de la crisis humanitaria en el país. Las protestas en Guadalajara no sólo exigen justicia para las víctimas de Teuchitlán, sino que también evidencian la desesperación de un estado sumido en la incertidumbre y el dolor.
El hallazgo en Teuchitlán es un recordatorio brutal de que la desaparición de personas en México sigue siendo una herida abierta. Mientras los manifestantes exigen respuestas, el eco de sus gritos retumba en el corazón de Jalisco: “Alfaro sí sabía”.