Pero, ¿de dónde salió esta moda y por qué tantas personas la están tomando tan en serio?
La historia tiene un origen digno de leyenda urbana pop. Todo empezó con una escena icónica de la telenovela argentina Floricienta (sí, esa que muchas vimos o escuchamos de niñas), donde la protagonista decía que su sueño era que el amor de su vida le regalara flores amarillas. La frase se volvió un deseo colectivo, una especie de ritual romántico que cruzó fronteras gracias al internet.
Con los años, la escena revivió gracias a TikTok y Twitter, donde miles de personas comenzaron a compartir memes, videos y hasta coreografías sobre “el día que te regalan flores amarillas”. Así, el 21 de marzo, coincidiendo con la llegada de la primavera, se convirtió en el día oficial para cumplir ese pequeño gran deseo.
Pero ojo, no todo es cursilería. También hay quienes lo usan para celebrar la amistad, el amor propio o simplemente para llenarse de buena vibra amarilla (que según la psicología del color representa alegría, luz, esperanza y energía). En resumen: te las puedes regalar tú misma y también cuenta.
Hoy, pedir flores amarillas ya no es solo una moda, es un gesto simbólico que mezcla nostalgia, cultura pop, redes sociales y ese toque de magia que a veces necesitamos para arrancar la primavera con el pie derecho.
Así que si este año te regalan flores amarillas, ya sabes: no es casualidad