
De San Ángel Inn al Lincoln Center: un trayecto lleno de disciplina
Originaria de la Ciudad de México, Paula comenzó su formación en la Escuela de Ballet San Ángel Inn. Su entrega la llevó a consolidarse como una artista resiliente, incluso durante la pandemia, cuando la danza tuvo que detenerse.
“Renací cuando volví a pisar un escenario tras la pandemia. Fue como recuperar una parte de mí”, comparte.
Hoy, su participación en una de las compañías más prestigiosas del mundo no es sólo un logro personal, sino un ejemplo para otras jóvenes bailarinas mexicanas que buscan abrirse paso en la escena internacional.
‘El Cascanueces’, un hito en su carrera
En diciembre de 2024, Paula vivió un momento clave en su trayectoria: su debut como el Hada de Azúcar en El Cascanueces, en Franklin, Massachusetts. Esta presentación marcó un nuevo nivel en su carrera, reafirmando su presencia en escenarios internacionales.
“Mi objetivo siempre ha sido ser la mejor versión de mí. Y aunque ya he tenido grandes oportunidades, siempre quiero más, seguir creciendo, seguir aprendiendo”, apunta.
La danza como refugio y enseñanza
Además de brillar en escena, Paula Álvarez ha encontrado en la docencia una forma de compartir su arte. Como colaboradora de Joffrey Ballet School, ha llevado clases de ballet a comunidades de bajos recursos en Estados Unidos.
“Como maestra, mi objetivo es crear un espacio donde los jóvenes no sólo aprendan a bailar, sino a soñar”, señala. Para Paula, enseñar también es una forma de crecer como artista. “Ser maestra me ha hecho una mejor bailarina, y continuar bailando me ha convertido en una mejor maestra”, subraya.

El futuro: una cuarta temporada y nuevos desafíos
Con la mirada puesta en el futuro, Paula visualiza nuevos horizontes. Además de continuar en el Metropolitan Opera, desea colaborar con más compañías dentro de Nueva York y seguir desafiándose como intérprete.
“Quiero seguir desarrollando mi carrera en la ópera y encontrar proyectos que me sigan desafiando como artista”, menciona.
A sus logros suma una convicción profunda: el arte se lleva en el alma y se forja con trabajo constante.
A punto de iniciar una cuarta temporada en el escenario más importante de la ópera estadounidense, Paula Álvarez representa el talento, la disciplina y la inspiración que definen a una generación de artistas mexicanos que brillan en el extranjero.