Morelia, Michoacán, a 22 de julio de 2025. — Una nueva investigación internacional ha dado un paso significativo en la comprensión de la obesidad, al demostrar que el riesgo genético puede identificarse desde edades tempranas mediante una puntuación de riesgo poligénico. El hallazgo abre la puerta a estrategias de prevención más eficaces desde la infancia.
El estudio más amplio hasta la fecha
Con base en datos genéticos de más de cinco millones de personas, investigadores de las Universidades de Copenhague y Bristol desarrollaron una puntuación de riesgo poligénico (PGS, por sus siglas en inglés) que muestra una fuerte correlación con el índice de masa corporal (IMC) desde antes de los cinco años y hasta la adultez.
La Federación Mundial de Obesidad estima que más de la mitad de la población mundial tendrá sobrepeso u obesidad en 2035, lo que convierte a este tipo de avances en herramientas clave para mitigar una crisis de salud pública global.
Predicción temprana para prevenir complicaciones futuras
Según el profesor adjunto Roelof Smit, de la Universidad de Copenhague, intervenir en la infancia puede tener un gran impacto: «Lo que hace que la puntuación sea tan eficaz es la consistencia de las asociaciones entre la puntuación genética y el índice de masa corporal antes de los cinco años y hasta la edad adulta».
Esta capacidad predictiva permitiría aplicar cambios en el estilo de vida desde edades tempranas, aumentando la efectividad de las estrategias preventivas.
Una herramienta con el doble de eficacia
La nueva PGS explicó cerca del 17% de la variación del IMC, el doble que los métodos anteriores. Para desarrollarla, los científicos utilizaron datos del consorcio GIANT y de la empresa 23andMe, así como información del estudio longitudinal “Niños de los 90”, que incluye registros de más de 500,000 personas.
La doctora Kaitlin Wade, de la Universidad de Bristol, resaltó la importancia de este hallazgo: «La obesidad es un problema complejo, con factores genéticos, ambientales y de comportamiento que se manifiestan a lo largo de la vida. Creemos que muchos de ellos se originan en la infancia».
La genética no es destino, pero puede guiar
El estudio también analizó la relación entre predisposición genética y respuesta a intervenciones para bajar de peso. Las personas con mayor riesgo genético respondieron mejor a programas de dieta y ejercicio, pero también tendieron a recuperar el peso con mayor rapidez tras finalizarlos.
Aunque la PGS representa un avance significativo, presenta limitaciones. Su eficacia es mayor en poblaciones de ascendencia europea, lo que resalta la necesidad de investigaciones más inclusivas para lograr una herramienta verdaderamente global.
Hacia una salud pública más preventiva
Este avance representa una oportunidad para transformar la forma en que se enfrenta la obesidad a nivel mundial. Detectar riesgos desde la infancia permitiría rediseñar políticas de salud con un enfoque más preventivo y personalizado.
Los autores esperan que esta investigación motive futuras colaboraciones para mejorar la detección precoz y reducir el impacto clínico y social de la obesidad en el mundo.