Ciudad de México.- La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció este miércoles que a partir de la próxima semana comenzará una campaña nacional contra el consumo de refresco, tanto azucarados como sin azúcar, con el objetivo de enfrentar los graves efectos que estas bebidas tienen sobre la salud pública del país.
Durante su conferencia matutina, la mandataria señaló que México registra un consumo alarmantemente alto de refrescos, lo que ha contribuido significativamente a la crisis de enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión. “Viene la campaña contra los refrescos”, advirtió Sheinbaum. “Es muy alto el consumo en México de refrescos azucarados y no azucarados, porque los no azucarados, como bien explicó el secretario de Salud, también hacen mucho daño”.
Sheinbaum destacó que los costos que enfrenta el sistema de salud por atender enfermedades asociadas al consumo excesivo de azúcar son cada vez mayores. “Está demostrado que el refresco, que el azúcar en exceso, representa un alto riesgo para la salud y está asociado a la diabetes y la hipertensión, que termina en la muerte”, afirmó.
La industria del refresco bajo la lupa
La campaña también marca un nuevo capítulo en la relación entre el gobierno federal, la industria refresquera —encabezada por gigantes como Coca-Cola y PepsiCo— y los consumidores mexicanos. Estas marcas dominan ampliamente el mercado nacional, donde el consumo per cápita anual de refrescos carbonatados alcanza los 95 litros, de acuerdo con datos de la firma Statista. Esta cifra coloca a México entre los países con mayor consumo de estas bebidas en el mundo, muy cerca del promedio de la Unión Europea, que en 2023 fue de 97 litros por persona.
Aunque aún no se han detallado los contenidos específicos de la campaña, se espera que incluya mensajes de concientización, posibles advertencias en medios y escuelas, e incluso una revisión de políticas públicas relacionadas con el etiquetado y la publicidad de bebidas azucaradas.
Expertos en salud pública han respaldado el anuncio, considerando que la medida puede ayudar a frenar una de las epidemias más silenciosas y costosas del país: el consumo excesivo de azúcar.