Morelia, Michoacán, a 25 de agosto de 2025.- El organismo Alimentación para el Bienestar, creado en el actual sexenio, ha reproducido los esquemas de corrupción que hundieron a Segalmex: simulación de competencia, empresas fantasma y el uso de prestanombres sin su consentimiento. Documentos revisados muestran asignaciones irregulares por casi 2 mil millones de pesos.
Una mujer descubre que usaron su identidad
El caso de Vanessa Flores, de 49 años, expone con crudeza la forma en que operó la red de corrupción. Postrada con muletas en su domicilio de la colonia Moderna en la Ciudad de México, se sorprendió al descubrir que aparecía como accionista principal, administradora única y representante legal de la empresa Konkistolo SA de CV, beneficiada con contratos públicos por más de 256 millones de pesos.
“¿Alguien habrá ocupado mi nombre? No sé por qué aparezco… ¡Imagínate algo tan serio!”, expresó con lágrimas en los ojos al conocer la información.
El esquema de empresas fachada
La investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) documenta que al menos cinco compañías —FamilyDuck, Abastémade, Konkistolo, Grupo Pelmu y Todólogos.com— participaron en procedimientos de contratación con Diconsa, obteniendo adjudicaciones millonarias pese a operar con direcciones falsas y prestanombres.
La plataforma Empower había adelantado el 14 de agosto que una de esas firmas, FamilyDuck, se convirtió en la segunda mayor proveedora de abarrotes para el Programa de Abasto Rural con contratos superiores a los 800 millones de pesos.
El reparto de contratos millonarios
De 2022 a 2025, las empresas fachada acumularon 1,984 millones de pesos en asignaciones. El año más alto fue 2023, con 912 millones de pesos distribuidos entre FamilyDuck (436.1 millones), Todólogos (331.5 millones), Pelmu (77.8 millones) y Konkistolo (66.9 millones).
Ya bajo Alimentación para el Bienestar en 2024, el flujo de recursos continuó: FamilyDuck recibió 398.5 millones, Konkistolo 190 millones, Pelmu 147.9 millones y Todólogos 15.9 millones.
El contraste con la vida de Vanessa
Mientras su identidad fue utilizada para firmar 89 contratos con Diconsa, Vanessa trabajaba en un call center y sobrevivía con un modesto sueldo. Vive con sus padres en un departamento pequeño y sufre problemas de salud en una pierna. “Si yo tuviera ese dinero no estaría en estas condiciones. Ya estaría en Estados Unidos haciéndome una cirugía para reconstruir la pierna”, argumentó.
Corrupción que no desaparece
El caso evidencia que la creación de Alimentación para el Bienestar, en lugar de erradicar los vicios de Segalmex, los trasladó a una nueva estructura burocrática. Las prácticas de robo de identidad, simulación de competencia y uso de empresas fantasma persisten bajo la administración de Claudia Sheinbaum, generando un nuevo escándalo nacional.