Ciudad de México.– El Escudo Nacional de México, que representa la fundación de Tenochtitlán en el Lago de Texcoco, no solo es emblema de identidad y memoria histórica, sino también un reflejo de la extraordinaria biodiversidad del país. Con apenas el uno por ciento del territorio mundial, México concentra alrededor del 10 por ciento de las especies de flora y fauna conocidas, muchas de ellas hoy bajo amenaza.
Entre los elementos que conforman este símbolo destaca la serpiente que el águila real devora sobre un nopal: una víbora de cascabel del género Crotalus, especie nativa de México que enfrenta graves riesgos de extinción. El biólogo Carlos Galindo, divulgador de ciencia y coordinador de Naturaleza en la organización Transformación, Arte y Educación, subrayó: “Es el escudo que más elementos biológicos tiene en todo el mundo, y el nopal es central, porque los nopales tienen su centro de diversidad en México. Con la serpiente de cascabel sucede lo mismo, México es el centro de diversidad de serpientes de cascabel del género Crotalus”.
En la cosmovisión de los pueblos prehispánicos, las víboras de cascabel, al igual que el águila real y los felinos, eran consideradas especies sagradas y símbolos de deidades, presentes en templos aztecas, mayas y toltecas. Sin embargo, en la actualidad se enfrentan a un tráfico ilegal sin control que amenaza su permanencia.
De acuerdo con Juan Carlos Cantú, director de la asociación civil Teyeliz, dedicada a combatir la caza furtiva y el comercio ilegal de fauna, cada año se matan más de 90 mil víboras de cascabel. Sus pieles, cabezas, cascabeles, carne y huesos se destinan a usos medicinales, esotéricos, alimenticios e incluso como mascotas en mercados internacionales. “Alrededor de 49 especies de víboras de cascabel se encuentran en México, y es el país que más especies de víbora de cascabel tiene en el mundo”, destacó.