El inmueble, ubicado en el número 40 de la calle Leibnitz fue vendido por un monto de 4.5 millones de dólares, según reveló la propia empresaria Julia Abdalá en una entrevista con Ciro Gómez Leyva. Los fondos fueron transferidos a cuentas bancarias personales de la empresaria y de la sociedad offshore Roybell International Inc., de la cual era accionista.
Documentos revelan nexos empresariales con la red de García Luna
De acuerdo con una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), existen documentos que confirman la transacción entre Abdalá y los Weinberg, así como la existencia de una relación comercial más profunda que se mantiene bajo escrutinio.
La propiedad operó como “Lumina Luxury Suites”, marca registrada en 2010 por la empresa B White S Suite S de RL de CV, propiedad de Abdalá. Tres meses después de la venta, en noviembre de 2012, Alexis Weinberg asumió la gerencia de la sociedad, aunque no hay evidencia de que Abdalá haya vendido su participación accionaria.

El hotel ahora es parte del conglomerado Weinberg
Actualmente, el inmueble ya no funciona como hotel. En su lugar, aloja una empresa del conglomerado Weinberg, el cual está siendo investigado por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) como parte de una red de lavado de dinero vinculada con Genaro García Luna.
La UIF presentó una demanda civil en Florida en 2021 contra los Weinberg. En el marco de ese proceso, el pasado 12 de junio de 2024, la jueza Lisa Walsh envió una carta rogatoria a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) solicitando la información financiera de Julia Abdalá.
¿Simulación de compraventa?
Aunque Abdalá argumentó que la transacción fue completamente legal, la permanencia de sus vínculos empresariales con los Weinberg, así como el uso de cuentas offshore, despiertan dudas sobre la naturaleza real del acuerdo.
La asistente personal de los Weinberg, Rosalba Tapia Alvarado, fue designada como apoderada legal de la empresa hotelera, y también fue incluida en la solicitud de información bancaria por parte de la jueza Walsh.
Implicaciones políticas para Bartlett
Aunque Manuel Bartlett no ha sido acusado directamente en este caso, la relación entre su pareja y una red de prestanombres vinculados con uno de los principales implicados en el caso García Luna pone una vez más en tela de juicio la transparencia en su círculo cercano.
El caso podría escalar si se demuestra que la venta del hotel fue una operación simulada para canalizar recursos provenientes de actividades ilícitas, lo que sumaría un nuevo capítulo al extenso historial de señalamientos contra altos exfuncionarios del gobierno mexicano.