Morelia, Michoacán, a 22 de mayo de 2025.— La administración del presidente Donald Trump revocó de forma abrupta la certificación del programa de estudiantes internacionales de la Universidad de Harvard, impidiéndole recibir a nuevos alumnos del extranjero, en medio de un creciente conflicto político e ideológico entre el gobierno federal y la institución académica.
Revocación impacta a miles de estudiantes internacionales
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) anunció la medida el jueves, de acuerdo con NBC News, lo que deja a más de 6,800 estudiantes extranjeros de Harvard en una situación legal incierta, al representar más de una cuarta parte del alumnado total de 24,596 estudiantes.
La revocación de la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP) fue calificada como una “advertencia para todas las universidades del país”, según lo expresó la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, a través de su cuenta de X (antes Twitter).
Enfrentamiento por exigencias ideológicas
El conflicto se originó tras la negativa de Harvard a cumplir con las exigencias del Grupo de Trabajo para Combatir el Antisemitismo de la administración Trump. Entre las demandas se incluían auditorías ideológicas al personal académico, restricciones en las contrataciones y admisiones, y mayor supervisión gubernamental sobre el contenido ideológico impartido en la universidad.
En represalia, el gobierno suspendió más de 2,000 millones de dólares en fondos federales destinados a investigación, lo que llevó a Harvard a iniciar una demanda legal para recuperar los recursos.
Gobierno exige registros y evidencia de protestas
La carta enviada por Noem a Harvard establece que para recuperar la capacidad de inscribir estudiantes internacionales en el próximo semestre, la universidad deberá entregar en un plazo de 72 horas todos los registros y archivos de audio y video que documenten actividades ilegales, amenazantes o peligrosas protagonizadas por alumnos internacionales en los últimos cinco años.
También se exige a Harvard proporcionar todas las grabaciones de protestas realizadas en su campus de Cambridge, Massachusetts, en las que hayan participado estudiantes extranjeros.
Harvard califica la medida como ‘ilegal’
Jason Newton, vocero de la institución, aseveró que “la acción del gobierno es ilegal” y reafirmó el compromiso de Harvard con su comunidad internacional.
“Estamos totalmente comprometidos con mantener la capacidad de Harvard para albergar estudiantes y académicos internacionales, quienes provienen de más de 140 países y enriquecen inmensamente a la Universidad —y a esta nación—”, expresó Newton en un comunicado.
Acusaciones de vínculos con China y antisemitismo
Además de las exigencias administrativas, el gobierno de Donald Trump ha intensificado su retórica contra Harvard, acusándola de “fomentar violencia, antisemitismo y de colaborar con el Partido Comunista Chino”, según se desprende de un comunicado adicional de la secretaria Noem.
Estas declaraciones han elevado el tono del conflicto, generando preocupación en el ámbito académico sobre un posible precedente de censura e intervención política en las instituciones de educación superior.
Consecuencias para el sistema universitario de EU
Analistas consideran que esta acción sin precedentes podría provocar una desbandada de estudiantes internacionales hacia otros países, afectando el prestigio académico y la viabilidad económica de las universidades estadounidenses que dependen en gran parte de este sector.
El caso Harvard podría escalar a una batalla judicial que redefina los límites entre autonomía universitaria y control gubernamental en Estados Unidos.