Ciudad de México.- La secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Alicia Bárcena Ibarra, reconoció este martes ante diputados federales que las obras del Tren Maya, particularmente en el tramo 5, han causado afectaciones directas a al menos ocho cavernas y cenotes en la zona.
Durante su comparecencia ante las comisiones de Medio Ambiente y de Cambio Climático de la Cámara de Diputados, Bárcena explicó que su dependencia ha estado revisando los permisos ambientales con que cuenta el proyecto ferroviario para avanzar en su regularización, luego de que diversas organizaciones y expertos han señalado daños al ecosistema del sureste mexicano.
“Hemos estado trabajando para que se hagan los trabajos de limpieza y retiro de concreto de la obra”, indicó la funcionaria, en referencia a los impactos detectados en el sistema subterráneo de ríos, cuevas y cenotes del tramo 5.
En su intervención, la titular de la Semarnat respondió a cuestionamientos de legisladores sobre los niveles de deforestación provocados por el Tren Maya, así como sobre el posible impacto que tendría la nueva Ley de Amparo en los recursos legales presentados por ambientalistas que se oponen al proyecto.
“Ya estaba el tren cuando llegamos. No podemos decir ‘es que no lo queremos’. Ahí está”, respondió Bárcena al referirse a la continuidad del megaproyecto impulsado por el Gobierno Federal.
La secretaria señaló que, desde el 1º de octubre del año pasado, se han realizado recorridos de supervisión en los siete tramos ferroviarios y en las 28 obras asociadas al Tren Maya. Como resultado, afirmó que se ha iniciado un proceso para evaluar todos los permisos existentes, así como aquellos que están pendientes, con el objetivo de imponer nuevas condicionantes ambientales.
Bárcena también informó que existe un grupo interinstitucional conformado por la Semarnat, la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) y representantes del propio Tren Maya, que actualmente está bajo administración del Ejército.
Dicho grupo, agregó, realiza reuniones semanales para dar seguimiento a cada tramo del tren, identificar los permisos faltantes, verificar el cumplimiento de condicionantes ambientales y definir las acciones necesarias para mitigar el impacto ecológico.






