Mundo.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, formalizó este miércoles un nuevo paquete de sanciones comerciales contra Brasil, incluyendo un arancel adicional del 40% sobre ciertas importaciones, además de nuevas restricciones contra el juez Alexandre de Moraes, quien encabeza el proceso judicial contra el expresidente Jair Bolsonaro por presunto intento de golpe de Estado.
La decisión, anunciada a través de una orden ejecutiva firmada en la Casa Blanca, se basa en una disposición legal de 1977 que permite declarar una “emergencia nacional” ante amenazas extranjeras que afecten la seguridad o economía estadounidense. Trump argumentó que las políticas del gobierno brasileño, junto con el procesamiento penal de Bolsonaro, representan una amenaza extraordinaria para los intereses de Estados Unidos.
“Estamos actuando para proteger nuestra economía y nuestros principios frente a gobiernos que persiguen políticamente a líderes elegidos democráticamente”, afirmó el mandatario, al justificar la medida en medio de crecientes tensiones diplomáticas con el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
La nueva orden eleva la tarifa arancelaria total al 50%, ya que se suma a un gravamen previo del 10%. Sin embargo, la medida no aplicará a todos los productos brasileños: quedarán exentos ciertos bienes estratégicos como aeronaves civiles, partes de repuesto, aluminio, estaño, pulpa de madera, productos energéticos y fertilizantes.
El presidente Lula da Silva respondió con contundencia a las acciones de Washington. “Brasil es una nación soberana y democrática, que defiende el multilateralismo, la convivencia armónica entre naciones y el respeto a los derechos humanos”, declaró en un mensaje oficial. “Resulta inaceptable e injustificable que se utilicen argumentos políticos como excusa para imponer sanciones comerciales.”
Lula reiteró que su gobierno actuará en defensa de los intereses brasileños y buscará respaldo en foros internacionales. No descartó acudir ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) para impugnar la decisión de Estados Unidos por considerar que viola principios básicos del comercio global.
El conflicto comercial se enmarca en un clima de tensión creciente desde que Trump regresó al poder y comenzó a cuestionar la legitimidad de los juicios contra líderes conservadores en América Latina, entre ellos su aliado Bolsonaro. La Oficina del Censo de EE. UU. reportó que, pese a las críticas por desequilibrios comerciales, Estados Unidos registró un superávit de 6 mil 800 millones de dólares con Brasil durante el año pasado.
La imposición arancelaria y la presión política sobre el sistema judicial brasileño podrían tensar aún más las relaciones bilaterales, con posibles efectos en el comercio, la cooperación internacional y la estabilidad regional.