Morelia, Michoacán, a 4 de junio de 2025. – El expresidente estadounidense Donald Trump firmó una orden ejecutiva para aumentar del 25% al 50% los aranceles sobre las importaciones de acero, con el objetivo de reforzar la industria siderúrgica nacional.
Sin embargo, economistas advierten que esta medida podría tener consecuencias negativas para sectores clave de Estados Unidos, de acuerdo con NBC News.
Industria del acero celebra decisión de Trump
La decisión fue anunciada oficialmente por Trump durante un mitin en Pensilvania, donde aseveró: “Vamos a subir del 25% al 50% los aranceles al acero que entra a Estados Unidos”. El Steel Manufacturers Association respaldó la medida, al destacar que “el acero estadounidense es el corazón del plan de Trump para revitalizar la manufactura nacional”.
Alza en precios beneficiará a fabricantes locales
Con esta acción, los fabricantes de acero en Estados Unidos podrían elevar sus precios ante una menor competencia extranjera. Las acciones bursátiles de las empresas siderúrgicas respondieron al alza, en medio del entusiasmo por el proteccionismo comercial impulsado por Trump.
Una medida con posibles efectos adversos
Expertos como Ken Kolb, de la Universidad Furman, advirtieron que aunque se podrían generar hasta 15,000 nuevos empleos directos si se amplía la capacidad productiva, los efectos negativos podrían ser mayores en sectores que dependen del acero y el aluminio, como la industria automotriz, la construcción y las energías renovables.
Menos trabajadores, más producción: el dilema del acero
La industria siderúrgica emplea a unos 86,000 trabajadores en EE.UU., lejos del medio millón que tenía tras la Segunda Guerra Mundial. Esto se debe, en parte, a innovaciones como los hornos de arco eléctrico, que permiten producir una tonelada de acero en una hora de trabajo, en contraste con las diez horas que se requerían en los años ochenta.
Estudios muestran pérdidas netas en empleos
Un análisis sobre las tarifas impuestas en 2018 reveló que, si bien se crearon 1,000 empleos directos, se perdieron hasta 75,000 en industrias que vieron incrementados sus costos de producción. “Teóricamente vas a poder contratar gente, pero en la práctica los negocios sólo compran menos cuando sube el precio del acero”, explicó Kolb.
El futuro de la industria depende de la continuidad
Josh Spoores, analista de Steel Americas en CRU Group, señaló que los beneficios potenciales sólo serán visibles si las tarifas se mantienen a largo plazo, ya que construir nuevas plantas puede tomar al menos dos años. El historial de políticas comerciales fluctuantes genera incertidumbre para los inversionistas.
División sindical ante aranceles y fusiones
El sindicato United Steelworkers expresó un respaldo parcial a los nuevos aranceles, pero también mostró preocupación por la posible fusión entre U.S. Steel y la japonesa Nippon Steel, que Trump ha promovido como generadora de 70,000 empleos. En un comunicado, el sindicato advirtió que no participó en las negociaciones y expresó inquietud por los efectos en la seguridad nacional y las comunidades obreras.
Entre el proteccionismo y el riesgo
Mientras el expresidente Trump impulsa políticas proteccionistas para favorecer a una industria icónica como la del acero, los analistas advierten que el impacto general sobre la economía podría ser desfavorable si se encarecen las materias primas y se debilita la competitividad de sectores industriales clave.