Morelia, Michoacán, a 2 de mayo de 2025.- El presidente Donald Trump presentó un proyecto de presupuesto que plantea recortes significativos en programas nacionales de salud pública, educación y energía limpia, mientras propone aumentos sustanciales en el gasto militar y en seguridad fronteriza, de acuerdo con NBC News.
El documento de 40 páginas fue enviado al Congreso como una hoja de ruta simbólica, acompañada de una carta firmada por el director de la Oficina de Gestión y Presupuesto, Russell Vought, dirigida a la senadora Susan Collins, presidenta del Comité de Asignaciones del Senado.
Recortes del 23% en gasto discrecional; aumentos del 13% para el Ejército
Vought detalló que la propuesta contempla una reducción del 23% en el gasto discrecional —equivalente a 163 mil millones de dólares—, al tiempo que se plantea un aumento del 13% en el presupuesto militar. Este reacomodo responde a los ejes centrales del plan económico de Trump: priorizar la defensa y el control migratorio, mientras se reducen recursos en áreas sociales.
Programas afectados: salud, educación y ciencia
- El Instituto Nacional de Salud (NIH) perdería 18 mil millones de dólares en comparación con el nivel de 2025.
- El programa de asistencia energética para hogares de bajos ingresos (LIHEAP) sería recortado en 4 mil millones.
- Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) tendrían una reducción de 3.6 mil millones.
- Se contemplan recortes en financiamiento a la educación, investigación científica, ayuda internacional y programas de energía limpia.
Inversión prioritaria en defensa y seguridad nacional
El plan de Trump busca destinar 43.8 mil millones de dólares al Departamento de Seguridad Nacional y 113.3 mil millones al Departamento de Defensa. También contempla una partida de 500 millones para la iniciativa “Make America Healthy Again” (MAHA), encabezada por el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., centrada en promover la nutrición y el ejercicio.
El futuro del presupuesto dependerá del Congreso
Aunque estos presupuestos presidenciales rara vez se convierten en ley en su forma original, sí marcan el tono del debate político. El Congreso, controlado por los republicanos, deberá negociar una ley de financiamiento antes del 30 de septiembre. A diferencia del proyecto de reconciliación aprobado en marzo, esta ley requerirá 60 votos en el Senado, lo que obliga a contar con respaldo demócrata.
Excluye decisiones sobre gasto obligatorio
El presupuesto no incluye propuestas sobre el gasto obligatorio, que representa la mayor parte del presupuesto federal y abarca programas como el Seguro Social, Medicare y Medicaid. Estos rubros serán clave en las negociaciones fiscales futuras, especialmente en torno a Medicaid, que sigue generando divisiones entre los propios republicanos.
Respaldo republicano y rechazo demócrata
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, calificó el plan como “una hoja de ruta audaz que refleja los valores de los estadounidenses trabajadores y el compromiso con la fortaleza y prosperidad del país”.
En contraste, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, arremetió contra el proyecto y advirtió: “Lucharemos con todo lo que tenemos contra este presupuesto despiadado”.
Schumer argumentó que “los días en los que Donald Trump fingía ser un populista han terminado” y criticó que sus propuestas “desmantelan la salud, recortan la educación y vacían los programas que sostienen a las familias, todo para beneficiar a los multimillonarios y grandes corporaciones”.
Más allá de sus posibilidades legislativas, la propuesta presupuestaria de Trump funciona como un instrumento político que busca reafirmar sus prioridades ante la base republicana, en un momento clave con miras a las siguientes elecciones. El enfoque en defensa, migración y salud pública refuerza el discurso de “América primero”, mientras polariza aún más el debate con los demócratas.