Morelia, Michoacán, a 5 de agosto de 2025.- El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que no solicitará la pena de muerte para los presuntos narcotraficantes mexicanos Rafael Caro Quintero, Ismael “El Mayo” Zambada y Vicente Carrillo Fuentes, conocido como “El Viceroy”.
Esta decisión marca un giro en la política judicial estadounidense hacia figuras centrales del narcotráfico mexicano, quienes enfrentan procesos por cargos de conspiración y tráfico de drogas.
Rafael Caro Quintero, el caso emblemático
Rafael Caro Quintero fue extraditado a Estados Unidos en febrero, acompañado por otros 28 presuntos miembros de cárteles, en lo que las autoridades estadounidenses consideran la mayor entrega de sospechosos de narcotráfico por parte de México en una década.
El septuagenario había pasado décadas en prisión, principalmente por el asesinato de un agente de la DEA, pero su caso se ha mantenido en el centro del debate sobre justicia y cooperación internacional.
“El Mayo”: de Sinaloa a tribunales estadounidenses
Considerado cofundador del Cártel de Sinaloa junto con Joaquín “El Chapo” Guzmán, Ismael Zambada fue detenido el año pasado junto con Joaquín Guzmán López, hijo de su antiguo socio, en un pequeño aeropuerto cercano a El Paso, Texas. Ambos se han declarado no culpables de los cargos de narcotráfico en los tribunales de Estados Unidos, donde su proceso genera gran expectación.
“El Viceroy” y la sombra del Cártel de Juárez
Vicente Carrillo Fuentes, conocido como “El Viceroy”, se encuentra recluido en una cárcel de Nueva York desde febrero, tras ser acusado formalmente de narcotráfico por el gobierno estadounidense. Hermano de Amado Carrillo, el legendario “Señor de los Cielos”, Vicente es señalado como fundador del Cártel de Juárez y figura clave en la historia del tráfico de drogas en México.
La cooperación México–Estados Unidos en extradiciones
La extradición de estos cabecillas se produce en el contexto de una colaboración sin precedentes entre México y Estados Unidos para combatir el crimen organizado transnacional. Funcionarios de ambos países resaltan que estas acciones buscan desarticular las redes de narcotráfico y enviar un mensaje claro sobre la disposición a llevar a juicio a quienes encabezan estas estructuras.
En años recientes, la aplicación de la pena de muerte ha sido tema de debate tanto en México como en Estados Unidos, donde las autoridades han optado en algunos casos por sanciones de cadena perpetua.
Aunque la pena de muerte ha quedado descartada para estos tres cabecillas históricos del narcotráfico, el proceso judicial continúa y podría sentar precedentes importantes para futuros casos de extradición y cooperación internacional. Las audiencias y sentencias que se dicten en los próximos meses serán seguidas de cerca por ambos países, en el marco de una relación bilateral compleja y en constante evolución.