Ciudad de México.- Esta noche marcó un hito en la historia de México, pues por primera vez una mujer Presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, encabezó la ceremonia del Grito de Independencia desde el balcón principal del Palacio Nacional. Millares de personas se congregaron en la plancha del Zócalo, en un evento cargado de simbolismos, homenajes y una ruta discursiva que destacó la participación femenina, los migrantes, las heroínas históricas y la búsqueda de justicia y equidad.
Una ceremonia con rostro propio
El acto comenzó alrededor de las 23:00 horas. Sheinbaum salió al balcón acompañada de su esposo, Jesús María Tarriba, entre vítores de miles de asistentes que desafiaron incluso la lluvia para presenciar el momento.
Ella portó un vestido artesanal nahua, de falda morada y blusa blanca, confeccionado en Tlaxcala, que aludía al morado feminista.
Un detalle notable fue que la escolta que le entregó la bandera en el Salón de Recepciones del Palacio Nacional fue íntegramente femenina, lo que se sumó a la narrativa de visibilizar a las mujeres dentro de la historia nacional.
El contenido del Grito: vivas y homenajes
Durante su arenga, Sheinbaum dio 22 vivas. Además de los nombres clásicos como Miguel Hidalgo, José María Morelos, Ignacio Allende y Vicente Guerrero, incluyó heroínas nacionales muchas veces quedadas al margen: Josefa Ortiz Téllez Girón, Leona Vicario, Gertrudis Bocanegra y Manuela Molina, “La Barragana”. También hizo un reconocimiento a las mujeres indígenas, a los migrantes, a héroes anónimos.
Al final, cerró con los grandes vivas patrios: “¡Viva la dignidad del pueblo de México!”, “¡Viva la libertad!”, “¡Viva la igualdad!”, “¡Viva la democracia!”, “¡Viva la justicia!”, “¡Viva México, libre, independiente y soberano!” seguidos de los tradicionales “¡Viva México!” tres veces.
Contexto y significado
Este Grito de Independencia no fue solo la conmemoración del aniversario 215 de la lucha independentista, sino también un acto de reafirmación simbólica en varios frentes:
Igualdad de género: al colocar a mujeres como protagonistas visibles del acto —desde el vestido, la escolta femenina, los homenajes a mujeres históricas— Sheinbaum buscó marcar un cambio en cómo el Estado reconoce el papel femenino.
Migración: se hizo mención explícita a los migrantes, señalándolos como parte del pueblo mexicano que necesita ser visibilizado, reconocido y protegido. La Jornada+1
Historia revisitada: en la arenga se incluyeron nombres y epítetos menos usuales en los discursos tradicionales, rescatando figuras históricas femeninas y héroes anónimos, reforzando la idea de que la Independencia fue una obra colectiva.
Reacción ciudadana y presencia popular
El Zócalo fue abarrotado, con un ambiente festivo, música, conciertos, pirotecnia. Pese al clima lluvioso y al viento fuerte, la asistencia fue masiva, con ciudadanos que esperaron durante horas.
En las redes sociales y medios, varios lo calificaron como un acto lleno de simbolismo, un parteaguas por la novedad de que una mujer presida formalmente este ritual patriótico.
Retos y expectativas
Aunque la ceremonia lució impecable en lo simbólico, hay preguntas que se escuchan en los comentarios ciudadanos y en medios:
Si los símbolos se traducirán en políticas efectivas hacia la igualdad de género y los derechos de migrantes.
Cómo se administrará la expectativa generada por este Grito histórico en términos de seguridad, justicia y bienestar.
Si en las celebraciones futuras, Sheinbaum mantendrá este estilo identitario que incorpora nuevas figuras históricas y símbolos sociales.
Este Grito de Independencia será recordado como un momento que marcó daño de un nuevo capítulo: una mujer al frente del poder ejecutivo con un discurso que busca ampliar la narrativa nacional para incluir a quienes han sido invisibilizados, bajo la promesa implícita de una patria más inclusiva.